viernes, 27 de agosto de 2010

Cuento que no es cuento

Dicen que tenía la manía de programar su despertador siete y doce, nueve y doce o diez y doce, solo cuando debía llegar temprano modificaba los tiempos y costumbres. Entonces su reloj sonaba siete, nueve o diez… menos doce.

Abrilodin

No hay comentarios:

Publicar un comentario