martes, 21 de septiembre de 2010

Ingreso

Contar. Contar no es nada fácil y menos cuando se trata de uno mismo. Soy Andrés Prat, Medico cirujano, pero por los caprichosos vaivenes del destino aquel martes me tocó ingresar al hospital de un modo distinto.
Entré como paciente en estado crítico, nadie me reconoció, supongo por el mismo estado del que cuento, recuerdo el dolor, carreras, camillas y a una enfermera haciéndome un torniquete en el brazo izquierdo, al tiempo que otra me llamaba por mi nombre pero sin mirarme, tambièn el repicar de un celular que no cesaba, pero sobre todo, algunas palabras como, SI NO LLEGA PRONTO, SE NOS VA…

Una luz blanca me despertaba en la calma de mi hogar, era de madrugada y mi esposa dormía cuando el telefono sonò, por alguna razòn no logrè atender a pesar de saber que sería una emergencia y que,  -al no contestar- ella sobresaltada se inquietarìa al atender; pero en cambio si tuve el valor y la necesidad de besarla, de ir a la habitación de los niños por lo mismo y con la tranquilidad de saber que mi familia descansaba en calma partír rumbo al hospital...

Abrilodin

viernes, 27 de agosto de 2010

Mensaje Tácito

Bajó sus pies de la cama buscándome. Aquella madrugada, algo andaba mal, pero no estamos hechos para pensar, y así salimos; con el peso de su cuerpo sobre mi tambaleándose y sus manos trepidantes atándome a el. Comenzamos una caminata a toda prisa, de la que sin quererlo formaba parte. Sus pasos se transformaron en trote violento, lunática carrera!
Amanecía, derepente nos encontramos frente al mar. No pude ver su rostro, pero ya en la orilla y sintiendo el desprendimiento total, tendida como abandonada sobre la arena, algo comprendí… inconcientemente yo sería el único testigo; silencioso y ocular. La pista de aquello… y su último par.

Reporte policial datado 2 de Marzo informa: posible deceso de un nn. No se hallan testigos ni denuncia por desaparición a la fecha, unas zapatillas encontradas en la playa hablarían de un masculino de importante talla del cual se presume, nunca regresó del mar.

Abrilodin

Cuento que no es cuento

Dicen que tenía la manía de programar su despertador siete y doce, nueve y doce o diez y doce, solo cuando debía llegar temprano modificaba los tiempos y costumbres. Entonces su reloj sonaba siete, nueve o diez… menos doce.

Abrilodin

S.O.S.

Un llamado lo despertó sobresaltado.

- Hola, no se a donde estoy llamando, no recuerdo nada, solo se que estoy perdido. Este número es lo único que apareció conmigo y supongo que no solo me conocerás, sino que podrás ayudarme. Creo, estoy en problemas y en un lugar que aunque extraño, me parece familiar.
Del otro lado del teléfono, un escalofrío y un temblor volvían estéril cualquier intento de palabra, era su propia voz a quién atendía, pero el miedo y la extrañez del hecho, lo envolvieron en una pesadilla y lo hicieron cortar sin meditarlo.
Volver a conciliar el sueño resultó casi imposible, pero tras haberlo logrado, una vez mas despertó sobresaltado.

Extrañamente esta vez no supo quien era, ni donde estaba, solo un papel estrujado en la mano; un teléfono y un mensaje donde decía, no llame, número equivocado.

Abrilodin